¿Cómo afecta el frío a tus ojos?

Lo sabemos, nosotros también estamos deseando que llegue el cambio de hora para disfrutar de más horas de luz. Y es que, en otoño e invierno, nuestros ojos están sometidos a los vaivenes del clima: bajadas de temperatura, fuertes vientos y mayor oscuridad.

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A pesar del poder que tienen los párpados, las pestañas y las lágrimas naturales para proteger y asegurar una buena salud visual, en esta época del año pueden ser insuficientes. La calefacción, aun siendo una gran aliada para sobrellevar el frío, tampoco es ajena a provocar irritabilidad en los ojos.

Estamos a un par de meses de poner punto final al invierno, así que os traemos una serie de consejos que te ayudarán a cuidar tu salud visual hasta en los momentos más gélidos:

1. El humidificador es tu mejor aliado. ¿Ojos secos? En ocasiones, es el precio que tenemos que pagar por tener la calefacción puesta durante un periodo largo de tiempo. La calefacción en espacios cerrados crea un clima seco que, unido al cambio constante entre espacios interiores y exteriores, produce irritación en la superficie ocular. Para estas situaciones, os recomendamos tener siempre a mano un humidificador.

2. Lágrimas artificiales. Cuando sopla el viento frío, es muy común sentir ojos irritados y secos. La solución más eficiente es humedecer con 2 o 3 gotas el ojo a lo largo del día. Pero recuerda, la correcta lubricación de los ojos es fundamental en todas las estaciones del año.

3. Ponte gafas. Así de sencillo. Las gafas ayudan a mantener la temperatura de los ojos de forma natural. Por eso, utilices gafas graduadas o únicamente de sol, póntelas en tu día a día. Además, si tienes los ojos claros, no olvides que el reflejo del sol te hace más vulnerable y propenso a padecer fatiga y molestias oculares.

4. La magia de las lentillas blandas. Si te sientes más cómodo utilizando lentillas, no te preocupes, en invierno, también puedes. Para esos momentos de exposición a vientos rápidos y fríos, combina unas lentillas blandas (aptas para climas fríos) y unas gotas lubricantes para hidratar tus ojos y las lentillas.

5. Parpadea, parpadea y parpadea. Aunque pueda parecer una obviedad, a veces se nos olvidan los mecanismos más naturales para el cuidado de nuestra salud visual. Dale un descanso a tu vista cansada y dedícate unos segundos para cerrar los ojos o parpadear. ¡Verás la vida de otra forma!

Si pese a estos consejos sufres molestias o sequedad ocular, pide cita para realizarte un examen visual gratuito con nuestros profesionales.