En invierno, cuida tus ojos

Tenemos muy asumido que, con el fin del verano y las altas temperaturas, nuestros ojos ya no precisan de protección y las gafas de sol ya no son tan necesarias. Te informamos que sucede todo lo contrario: con la llegada del clima frío y seco, los ojos necesitan aún más atención y precauciones. ¡Sigue leyendo y descubre cómo puedes proteger tus ojos en invierno!

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El XLIX Congreso de la Sociedad Andaluza de Oftalmología (SAO) concluyó, a principios de año, que el frío también puede afectar a la salud visual. Síntomas como una lubricación deficiente, visión borrosa, picazón y ardor son experimentados por muchísimas personas durante la temporada de invierno. En este sentido, se trata, sin ir más lejos, de la época del año en la que se produce un incremento del síndrome del ojo seco.

¿Qué afecta nuestra salud visual? ¿Qué podemos hacer para prevenir estas dolencias? Te lo explicamos:

1. Rayos de sol

Uno de los trastornos oculares más común en invierno es la conjuntivitis actínica. Se trata de una tipología de conjuntivitis producida por los rayos ultravioletas y se traduce en dolor ocular, sensación de arenilla o de cuerpos en el interior del ojo. Así que, ya sabes, no solo debes usar tus gafas de sol homologadas en verano, también es imprescindible que lo hagas en invierno.

Asimismo, si visitas zonas de alta montaña o practicas deportes de invierno, tus precauciones deben ser más estrictas, ya que la nieve refleja más del 80 % de la luz solar, ultravioleta inclusivela cual crece un 10 % por cada 1000 metros de altura.

2. Sequedad

Una de las quejas más sonadas durante el invierno (por las bajas temperaturas, el ambiente seco y el viento) se refiere al ojo seco, puesto que las glándulas lacrimales producen menos humedad o una lágrima de mala calidad, provocando así una menor lubricación al ojo, que puede acabar derivando en úlceras corneales.

Entonces, la pregunta que nos hacemos a continuación es: ¿cómo podemos tratar esta afección? Los especialistas aconsejan usar lágrimas artificiales, llevar gafas de sol para evitar el impacto negativo que las rachas de viento pueden ocasionar en nuestros ojos y parpadear con frecuencia.

A pesar de que la sequedad ocular, en invierno, la producen en gran medida el frío y el viento, también hay un factor que incide y potencia este síntoma: la calefacción. Los espacios interiores provocan cambios de temperatura y humedad, incrementando así la sequedad de nuestros ojos. Evita, pues, los lugares con la temperatura muy elevada.

 

3. Falta de luz

Como sabrás, el invierno es mucho más oscuro en cuanto a luz se refiere. La noche car más rápidamente y en algunos puntos de España los días grises suelen abundar. Por este motivo es muy importante prestar más atención a la iluminación artificial, ya que deberemos usarla de una forma más intensiva.

Emplear la luz más adecuada a cada situación y actividad, sobre todo en trabajos de oficina y en el uso de pantallas, es vital para no forzar la vista. De lo contrario podemos sufrir de fatiga visual, visión borrosa y escozor de ojos. A largo plazo, una iluminación incorrecta puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de visión más graves.  

Ahora ya sabes cómo cuidar tus ojos en invierno. Para hacerte con unas gafas de sol homologadas, pasar una revisión, o cualquier otra cuestión relativa a tus ojos, pídenos cita ¡Te esperamos!