¿Cuál es tu ojo dominante?

¿Sabías que todos tenemos un ojo que domina por encima del otro? Uno que presenta una mayor agudeza visual, es decir, aquél con el que nuestro cerebro fija la vista y por el que nuestro organismo tiene preferencia. ¿Quieres saber cuál es tu ojo dominante? Pues estás de suerte, porque a través de una sencilla prueba puedes comprobar cuál de tus ojos es el dominante, ¡y nosotros te contamos cómo lo puedes saber!

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¿Sabías que todos tenemos un ojo que domina por encima del otro? Uno que presenta una mayor agudeza visual, es decir, aquél con el que nuestro cerebro fija la vista y por el que nuestro organismo tiene preferencia. ¿Quieres saber cuál es tu ojo dominante? Pues estás de suerte, porque a través de una sencilla prueba puedes comprobar cuál de tus ojos es el dominante, ¡y nosotros te contamos cómo lo puedes saber!

 

Según los expertos, lo más habitual es que hasta los tres años ensayemos con ambos lados del cuerpo y a partir de esta edad, se determinará si vamos a ser diestros o zurdos. A partir de este momento, la mano o pie que se utilice con más frecuencia determinará si somos diestros o zurdos.

Pese a que lo más común es asociar esta diferencia a las extremidades, lo cierto es que hay tipos de asimetrías más desconocidas, conocidas bajo el nombre de “lateralidad”. Se basa en la preferencia que tenemos por un lado de nuestro cuerpo y este favoritismo se traduce en la prevalencia de un costado por encima del otro a la hora de realizar la mayoría de actividades que precisan más habilidad.

Seguramente pensarás que si eres diestro, tu ojo dominante es el derecho, y del revés, pero no siempre es así. Dicho esto, ¿cómo puedes comprobar cuál es tu ojo dominante? Te lo explicamos:

  1. Colócate en una postura relajada y centra la mirada en un objeto situado a tres o cuatro metros de distancia.
  2. Extiende un brazo y con el dedo índice señala el objeto que has escogido previamente.
  3. Con los ojos abiertos y el dedo apuntando al objeto, guiña un ojo y haz lo mismo con el otro ojo.

Realizando esta acción, vas a poder comprobar que sin mover el brazo el dedo ya no señala exactamente lo mismo que sin cerrar ningún ojo debido a que el campo visual se ha desplazado. Sin embargo, con el ojo dominante abierto, mantendrás la misma visión que sin cerrar ninguno de los dos. Puedes repetir la acción para asegurar cuál es tu ojo dominante, pero el resultado no variará 😉

Y tú, ¿eres diestro o zurdo de ojo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!